Cuando se trata del cerebro, es mucho camino por recorrer para dar con la respuesta, por lo tanto, los investigadores profundizan hasta dar con el resultado exacto a fin de aclarar las interrogantes.

A medida que se han realizado estudios del cerebro, se ha evidenciado que las imágenes que tenemos en nuestra mente tienen peor calidad gráfica debido a un mecanismo cerebral que nos permite distinguir lo real de lo imaginario. Sin embargo, una red neuronal artificial hace lo mismo.

Por su parte, el cerebro representa de forma distinta las imágenes que vemos a las que imaginamos, las que percibimos a través de la visión tienen mayor nitidez que las imaginadas, gracias a un mecanismo cerebral que permite realizar la distinción entre ambas imágenes.

Cabe destacar que, esto lo han comprobado los investigadores de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur en un estudio donde los resultados son publicados en la revista Current Biology.

Asimismo, el estudio fue realizado por un equipo de investigación dirigido por Thomas P. Naselaris profesor asociado en el Departamento de Neurociencia de la reconocida universidad citada. Los resultados arrojados responden a una antigua incógnita sobre la relación entre las imágenes mentales y la visión objetiva.

Vale la pena resaltar que, la relación entre las imágenes mentales y la visión es un problema muy antiguo de la neurociencia: hasta ahora no se había podido determinar si el cerebro procesa de forma diferente las imágenes visuales y las imágenes mentales.

Dando respuesta a esto Naseralis explica al respecto en un comunicado: “cuando imaginamos, la actividad cerebral es menos precisa. Esta menos sintonizada con los detalles, es decir, que el tipo de borrosidad que experimentamos en nuestras imágenes mentales tiene alguna base en la actividad cerebral”.

Red neuronal que imagina

Para comprobar esta suposición, los investigadores usaron una red neuronal artificial capaz de sintetizar las imágenes, este proceso se representa a través de un objeto simplificando su forma original con líneas y planos.

Este sistema neuronal artificial es como una red biología porque sintetiza las imágenes. El mismo, fue entrenado para ver las imágenes y a continuación para que también “imaginara” objeto, tal como lo hace cerebro.

Este experimento se completó con una serie de voluntarios que participaron en diversos ejercicios que incluía ver objetos e imaginarlos, mientras que sus cerebros eran escaneados con imágenes de resonancia magnética.

Los resultados de la resonancia magnética permitieron a los investigadores descubrir qué partes del cerebro estaban activas o tranquilas mientras que los participantes visualizaban una combinación de objetos físicos o imaginarios.

Los investigadores descubrieron que las áreas del cerebro que van desde la retina hasta la corteza visual primaria y mas allá se activan tanto con la visión de objetos como con imágenes mentales. Sin embargo, en las imágenes mentales, pudieron ver que la activación del cerebro desde el ojo hasta la corteza visual es menos precisa y difusa.

Por otro lado, este descubrimiento, además  de enriquecer la perspectiva neurocientífica acerca de lo que vemos e imaginamos, puede tener una aplicación más práctica relacionada con las personas afectadas por estrés postraumático (TEPT).

Podemos recalcar que, uno de los síntomas del TEPT son los recuerdos de los traumas revividos mediante imágenes mentales de aquellos episodios. Por su parte, los investigadores consideran que, conociendo más a fondo los procesos cerebrales implicados en las imágenes mentales, se podrán crear mejores tratamientos para las personas afectadas.

El cerebro una vez más nos sorprende, debido a su gran magnitud de desarrollo y su capacidad de distinción.