Este martes, el primer ministro británico,   Boris Johnson, anunció la prohibición de la venta de vehículos y furgonetas nuevos con diésel y gasolina en el Reino Unido, para el año 2030. Esta decisión fue tomada, como parte de la denominada “revolución industrial verde” que pretende generar más puestos de trabajo.

Por lo pronto, continuarán con las ventas de vehículos híbridos hasta el 2035, que son capaces de recorrer largas distancias sin contaminar el ambiente sin liberar dióxido de carbono. Para ello, el Gobierno británico pretende hacer una inversión de unos 1.300 millones de libras, con el fin de acelerar la expansión de puntos de recarga eléctricos.

Medioambiente y empleo

Todos los detalles de este plan medioambiental aún no se han dado a conocer, pero, de lo que sí hay seguridad es que, con ello, Johnson pretende generar al menos 250.000 empleos en el Reino Unido, que próximamente llevará a cabo la cumbre del clima COP26 en Glasgow.

El gobierno británico, piensa que para los próximos diez años venideros poder agilizar 12.000 millones de libras que estarían destinados para inversiones públicas directamente para aquellos sectores que, de una manera u otra, ayuden a lograr el objetivo de cero emisiones netas de dióxido de carbono dentro de 30 años más.

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Johnson señala que aún no pierde de vista sus planes, a pesar de que este año no salieron las cosas como se esperaban y fueron muchos los proyectos que tuvieron que parar a causa de la pandemia. Asimismo, el primer ministro resaltó que la revolución industrial verde va a recibir energía de las turbinas de viento de Escocia y del noreste de Inglaterra.

“El plan estará impulsado por vehículos de funcionamiento eléctrico, fabricados en las Midlands, en el centro de Inglaterra,  y por las últimas tecnologías que han sido desarrolladas en Gales», afirmó Johnson.

Una gran inversión

Han sido largas y extensas las conversaciones que ha tenido el Ejecutivo británico con los diferentes vendedores y fabricantes de automóviles, antes de dejar de producir motores diésel y de gasolina.

El Gobierno ha explicado, que ya el Reino Unido tiene una producción significativa de vehículos eléctricos en Europa, pudiendo beneficiar a esta industria invirtiendo la cifra de 500 millones de libras con el objetivo de desarrollar la producción de baterías. Además, otorgará otra alta cifra para bajar los precios y estimular la venta de automóviles de cero emisiones.