Al menos cuatro millones de clientes de Vodafone experimentaron un apagón en la agresión más insidiosa que se haya registrado en el país, afectando por una hora los servicios esenciales.

El pasado domingo 2 enero, las webs del influyente semanario Expresso y de la cadena de televisión SIC, pertenecientes al grupo portugués Impresa, recibieron un mensaje amenazante que decía textualmente lo siguiente: “Los datos serán vaciados en caso de que no se proceda al pago del dinero”.

Esta intrusión fue llevada a cabo por Lapsus$, un grupo que meses antes habría accedido al sistema informático del Ministerio de Sanidad en Brasil. Este grupo, se encargó de destruir todos los ficheros de ambos medios de comunicación. Sin embargo, la empresa dio a conocer que en ningún momento realizó el pago de rescate.

Por su parte, la Policía Judicial explicó que el grupo tenía como objetivo más bien alimentar su ego que su billetera. Un portavoz de la Policía afirmó que, “La invasión de un gran grupo de medios es para ellos un motivo de total orgullo y una forma de vanagloriarse ante sus pares. Estos movimientos tienen el gozo en conseguir entrar y destruir”.

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Primera oleada de ciberataques

Cabe destacar que, esta ha sido la primera oleada de ciberataques entre los meses de enero y febrero, que se ha producido en contra de empresas e instituciones estratégicas de Portugal. Todo ello, logró alcanzar cotas que nunca se habían observado en ese país europeo.

El domingo 30 de enero, cuando se celebraban las elecciones, fue asaltada también el sitio web de la Asamblea de la República, manteniéndose inoperativa por escasos minutos. Según lo explicado por la institución, los hackers no pudieron acceder a los datos esenciales de la misma.

Del mismo modo, los medios del grupo Cofina experimentaron un bloqueo en las webs de sus cabeceras. Entre las que más salieron afectadas está el diario más vendido en Portugal, Correio da Manhã, o la revista Sábado.

Por otro lado, la red de Vodafone Portugal, sufrió una operación en su contra el día 7 de febrero a eso de las 21.00 horas. Tal vez esta es la que más ha resultado de envergadura y gravedad en la historia de la cibercriminalidad del Portugal.

Este apagón, impidió que se pudieran realizar llamadas de voz y el envío de SMS por una hora aproximadamente. Pero, ante todo, terminó afectando a cuatro millones de clientes de la operadora de telecomunicaciones, en la que están incluidos, organismos estratégicos como el Instituto Nacional de Emergencia Médica, algunos servicios de bomberos, entidades bancarias, tribunales y correos. Los servicios comenzaron a restablecerse de manera progresiva, después de las 22.00 horas, aunque los efectos de estos se extendieron durante varias jornadas.

Mário Vaz, quien es presidente ejecutivo de Vodafone Portugal, calificó esta agresión como “un verdadero acto terrorista y criminal que fue pensado y ejecutado, con el objetivo voluntario e intencional de dejar a nuestros clientes sin servicio alguno”.