La Guardia Civil española, logró desarticular este martes, a una de las organizaciones cibercriminales más grandes del mundo que se dedicada al fraude informático. Estos se encargaban de hacer estafas masivas con datos bancarios usurpados en Internet. Estiman las autoridades que el perjuicio patrimonial podría alcanzar el millón de euros.

El proceso se pudo llevar a cabo, mediante la operación recolector, en la que al menos 11 personas resultaron detenidas en España y Chile. Se conoció que se les ha imputado por los delitos de estafa agravada, pertenencia a una organización criminal, usurpación de identidad y falsedad documental, entre otros tantos.

Hasta ahora, se sabe que hay al menos 300 empresas que han sido afectadas a nivel nacional. Suman un total de casi 2.500 hechos delictivos y han usado más de 42.000 tarjetas de crédito.

Estos criminales, se encontraban ubicados en España, pero también se residenciaban en Estados Unidos, Chile, Venezuela, Perú, República Checa, México y Marruecos.

Aparte de esto, la Guardia Civil también descubrió y disolvió, varios grupos numerosos de una app de mensajería que se dedicaban al carding. Al hablar de carding, nos estamos refiriendo a una actividad de usurpación de datos bancarios, y en los que se compraban y vendían credenciales de tarjetas de crédito. Varios de estos grupos ya contaban con más de 100.000 miembros cada uno.

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Usaban campañas publicitarias

La organización delictiva, utilizaba estrategias publicitarias para poder llegar a sus víctimas. Se dedicaban a obtener de forma ilícita los datos relacionados con las credenciales de pago, en especial con las tarjetas de crédito. Las utilizaban para explotarlas dentro del comercio online y hasta para venderlas en canales de una aplicación de mensajería, así como también, en foros de la Dark Web.

Pero ¿cómo lo hacían? La banda lograba sus fines, suplantando sitios web reales de algunas entidades bancarias y de empresas de contenidos multimedia en streaming. Era entonces mediante la técnica de phising que los ciberdelincuentes lograban obtener los datos de sus víctimas.

De hecho, la organización hasta llegó a contratar campañas de publicidad en los buscadores y en las diferentes redes sociales. Esto hizo que fuera más creíble ante los usuarios y, por ende, obtenían los datos que buscaban. Realizaban también, parámetros como la edad y la ubicación para llegar a las víctimas más vulnerables según su edad, cultura o nivel de conocimientos tecnológicos.

En la operación recolector, pudo ser desmantelada, la cual ha sido llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Granada y bajo la dirección del Fiscal de Criminalidad Informática de la provincia de Granada. Contaron, además, con la colaboración de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, la Fiscalía chilena y la Brigada de Cibercrimen de la Policía de Investigaciones de Chile.