La Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y sus aliados, han lanzado recientemente, una serie de sanciones contra Rusia, como una respuesta a la invasión a Ucrania.
Con ello, están buscando castigar a la economía rusa de forma directa y, por supuesto, a los oligarcas amigos y miembros del círculo más cercano del presidente Vladímir Putin.
Todas estas personas, afectan a la economía rusa y además, son considerados por el mundo entero como una clave importante para influir en el régimen de Putin. Los expertos piensan que es muy difícil que los oligarcas le den la espalda al presidente y logren frenarlo.
Afirma el profesor de Economía Internacional de la Universidad de Nebrija, José Manuel Muñoz Puigcerver, que “La gran mayoría de estos oligarcas, deben su fortuna al gobierno de Rusia y por ello, es muy difícil morder la mano que te da de comer”.
Sanciones que se aplicarán a Rusia
Como respuesta a la guerra en Ucrania suscitada por Rusia, tanto Estados Unidos como sus aliados, han impuesto algunas sanciones en contra de los multimillonarios más cercanos al Kremlin.
En ellas, la UE decidió también añadir a empresarios y oligarcas rusos, a su lista de sancionados por el ataque ruso a Ucrania. Entre las medidas más predominantes, incluyen la congelación de activos. Además, prohíben poner fondos a disposición de los que están en esta lista, que tampoco podrán transitar o entrar al territorio comunitario.
En fin, todas las sanciones son de carácter financiero, por lo que, “no podrán disponer de fondos que eventualmente hayan situado fuera de Rusia”, explicó José Ángel López, quien es profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas.
Por otra parte, Muñoz Puigcerver afirmó que “la mayoría de ellos van a perder sus patrimonios”. “De hecho, mucho antes de estas sanciones se calculaba que por otras anteriores en los dos primeros meses del año ya habían perdido unos 33.000 millones de dólares en total”.
Las nuevas medidas, se sumarán a otras anteriores como lo es la paralización de las transacciones del Banco Central de Rusia o la exclusión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT. Señala Muñoz Puigcerver, que “por el simple hecho de que algunos de estos oligarcas también operen con bancos rusos, hace que tampoco puedan movilizar el dinero y tengan también muchas más dificultades para cambiar los rublos en otras monedas más estables”.
