Se conoció que la actividad sísmica en la isla canaria de La Palma aún está persistente, aunque, supuestamente, la magnitud de los temblores ha bajado considerablemente en las últimas horas.
Pese a esto, las autoridades aseguran que los temblores prosiguen, siendo superficial y de baja magnitud (entre 1 y 3 kilómetros de profundidad). A esta también se le añadió una sismicidad a profundidades intermedias (entre 4 y 5 kilómetros).
El día miércoles, se presentó una deformación de terreno que se situó en 6 centímetros aumentado este jueves a 10 centímetros, «muy localizada en el entorno de la sismicidad».
Los expertos en la materia, continúan insistiendo en que, la población debe mantenerse atenta a los cambios, por lo que, también mantienen la situación en alerta amarilla, sobre todo en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane, Mazo y Fuencaliente.
Las autoridades afirman que, «El proceso continúa y puede tener una evolución rápida a un corto plazo». De igual manera, están advirtiendo a los habitantes de esas zonas que, “se puede producir terremotos sentidos de mayor intensidad».
Semáforo volcánico
Asimismo, el Pevolca (Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico), logró establecer un semáforo volcánico, como un sistema de alerta que está basado en cuatro colores para identificar el riesgo, siendo de esta forma: verde, amarillo, naranja y rojo.
Con respecto al color amarillo, se podrá informar a la población, se dan las medidas de vigilancia, así como también, la monitorización de la actividad volcánica y sísmica. Del mismo modo, se le pide a la población para que se preparen para una eventual evacuación.
El proceso preeruptivo
Por su parte, el portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), David Calvo, explicó que «todos los indicadores están apuntando a que estamos en un proceso preeruptivo» en la isla de La Palma. Asegurando también que, «El magma está buscando una forma de llegar hasta la superficie, y por lo tanto, de terminar derivando en una erupción volcánica».
Según lo que detalló el vulcanólogo, sus datos “están señalando a que es un enjambre muy energético, en el que la deformación y los seísmos siguen, y estaremos muy vigilantes hasta que la situación pueda cambiar o el enjambre se termine de una vez».
Aprovecho el momento para tranquilizar a la población palmera, alegando que, probablemente, ya los daños sean a nivel de infraestructura. «Hoy la tecnología nos está permitiendo seguir cada minuto lo que está haciendo el magma, y por lo tanto, nos podemos adelantar a sus futuros movimientos», dijo Calvo.
