Este domingo, el Papa Francisco estuvo de visita en la isla griega de Lesbos, lugar que ha sido el punto de recibimiento de miles de migrantes que han llegado a través de Turquía, para esperar a que puedan ser admitidos por la Unión Europea.
El pontífice, ha regresado a la isla luego de cinco años de su última visita, momento en el que se llevó a unos doce refugiados sirios hasta Roma en su avión privado. Pero, esta vez, la situación es diferente a ese momento, pues, ha mejorado ostensiblemente, según indicaron algunos representantes de las ONG que estuvieron presentes en Lesbos.
Pese a esta mejora, se continúa con el mismo problema de fondo, ya que, la UE no ha ofrecido todavía ninguna respuesta unitaria ni rutas seguras que permitan acoger a los refugiados que, en su gran mayoría, solo huyen de los constantes conflictos violentos de Afganistán, Somalia o Siria.
Esperanza tras la espera del Papa
Al aterrizar Francisco en Lesbos, fue recibido por miles de personas que tenían la esperanza de poder pasar al continente. En el año 2015, durante una crisis de los refugiados, se generó en Siria una guerra civil, por lo que, la isla, fue un lugar clave en el que desembarcaron cientos de personas que querían estar seguros de toda violencia y así poder continuar su camino hacia el oeste, hacia Alemania.
Aunque para ese momento, las personas colaboraron con mucha ayuda, las fronteras tuvieron que ser cerradas, dejando a miles de personas varadas. Esta crisis, motivó que la Unión Europea, tomara ciertas medidas del protocolo de Dublín.
Esta situación, provocó que los refugiados tengan que pedir asilo en el primer país comunitario que pisan. Por su parte, los socios, ordenaron hacer un reparto de los que estaban en Italia y Grecia, sin embargo, no se ha podido completar.
Al pasare el tiempo, en el campo de refugiados de Moria, Lesbos, solo logró concentrarse al menos 20.000 personas, cuando en realidad estaba preparado para albergar a 3.000. Allí incluyeron a familias enteras hasta con niños y que tenían condiciones considerablemente insalubres.
El pasado año 2020, se registró un incendio en esa zona, que acabó con el campo, que para ese momento, malvivían aproximadamente 13.000 personas que estaban confinadas por la pandemia.