Después de casi tres años, llegó a juicio el caso de Laura Luelmo, la joven que fue agredida sexualmente y luego asesinada en El Campillo, Huelva. El crimen ocurrió en diciembre del año 2018. Es a partir de este pasado lunes y hasta el viernes que, la Audiencia Provincial de Huelva, acogerá el juicio, al acusado por estos hechos Bernardo Montoya.

Quienes tienen a cargo si determinarán que Montoya es culpable de los cargos o no, es un jurado popular que se ha constituido al inicio del juicio. En su momento Montoya confesó ante la sede policial, judicial y ante las cámaras de televisión, haber sido el autor de los hechos.

Sin embargo, pasado unos meses, cambió su versión de los hechos, asegurando que era inocente y culpó a una mujer que fue pareja sentimental.

Por su parte, la Policía Nacional, ya preparó un dispositivo de seguridad, con el fin de garantizar que juicio pueda llevarse con normalidad. A pesar de que se trata de un caso que ha despertado un gran interés mediático y que, se acreditaron a 35 medios de comunicación, no podrán hacer un seguimiento del mismo, ya que será a puerta cerrada.

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Juicio privado y a puerta cerrada

Fue el magistrado presidente del juicio, quien decidió que lo celebrarían sin público, totalmente privado y a puerta cerrada. Así lo pudo confirmar, mediante un comunicado en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

En él pudo detallar que, la decisión se tomó, debido a que todas las partes interesadas lo han solicitado. Uno de los que ha hecho esta petición es Francisco Luelmo, abogado de la acusación particular, ya que, en su opinión, es la mejor forma de garantizar el derecho a la intimidad y privacidad de la víctima y su familia.

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El asesinato conmocionó al país

La joven zamorana Laura Luelmo, de 26 años, se había trasladado para a vivir a El Campillo, pues allí, se daría de baja en la especialidad de Plástica en el instituto de Educación Secundaria Vázquez Díaz de un pueblo cercano, Nerva.

Pero, el día 12 de diciembre, su familia denunció su desaparición, por lo que, enseguida, se activaron los acostumbrados protocolos de búsqueda. Fueron centenares de efectivos que participaron en la exhaustiva búsqueda, la cual fue larga e intensa.

No fue sino, hasta cinco días después que apareció su cuerpo en una zona de Las Mimbreras, a las afueras de El Campillo. Al día siguiente, fue detenido Bernardo Montoya, quien era vecino del ese pueblo, justo frente a la vivienda de la joven y que tenía un historial de antecedentes por asesinato.

Al parecer, Montoya abordó a la joven cuando llegaba de hacer el mercado y la obligó a entrar a su casa. La autopsia realizada, arrojó que la mujer había sufrido abusos sexuales y un fuerte golpe en la cabeza que le produjo la muerte entre los días 14 y 15 de diciembre.