Desde que inició la erupción del volcán en La Palma, la isla comenzó a atravesar por una situación social bastante dura. No solo por la incertidumbre y el miedo que ocasiona la lava y catástrofe natural, sino que, además de ello, se suma la angustia por las víctimas de violencia machista.

Estas mujeres, se encuentran vulnerables por el hecho de tener que convivir por más tiempo en sus casas con sus propios agresores. Algunas, han tenido que ser realojadas con ellos, en momento en los que hay tanta tensión generalizada que recrudece las situaciones de violencia y maltrato.

Según los datos que se tienen como evidencia, señalan que el Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género SAMVV-112, registró un repunte de un alto porcentaje de llamadas telefónicas de mujeres residentes de La Palma.

Estos datos provienen del último mes, específicamente desde el 19 de septiembre, justo cuando el volcán empezó con la erupción. Ya para el día 18 de octubre, el servicio habría recibido unas 63 llamadas.

El aumento de llamadas por violencia doméstica es hasta ahora de un 60%, siendo el total de 14 llamadas para solicitar información, 23 de emergencia y 26 de urgencia.

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Activaciones del 112

En ese mismo período, aumentaron también en un 70 % las activaciones del 112 al Dispositivo de Emergencias de Mujeres Agredidas (DEMA). Hubo aproximadamente unas 27 activaciones en total en esos días de 2021, mientras que el pasado año 2020 hubo 16.

La gran mayoría de ello, fueron para acompañar a las mujeres víctimas, sin embargo, también hubo acogidas. De hecho, dos de esas mujeres, tuvieron que abandonar ese lugar para escapar de los maltratos de sus parejas.

Realojos inciden en la violencia de género

Por su parte, la trabajadora social y coordinadora del SAMVV 112, Elena Suárez Pérez, asegura que la lacra, está «multiplicándose de forma alarmante». Pueden darse cuenta de ello, por la cantidad de llamadas que llegan a diario y por todas las historias que cuentan de su propia boca las víctimas o de los familiares que piden auxilio.

Suárez explica que, «Los condicionantes y las situaciones que nos llegan son las mismas de siempre, pero agravadas por el problema que ha generado el volcán desde su erupción. Hay que entender que estas situaciones de crisis extrema, como pasó con el confinamiento, implican que las víctimas tengan que convivir más tiempo con el agresor dentro de la casa. Existe un mayor control por parte de los agresores hacia mujeres al estar restringidos los movimientos».