El local de ocio tampoco tenía licencia de ocupación. La adición del sobrepeso después de unas reformas y la recolocación de unas mesas causaron el desplome

La terraza del restaurante “Medusa Beach Club” ubicado en la Playa de Palma que se desplomó el pasado jueves, en el que fallecieron 4 personas y 16 quedaron heridas, no tenía licencia de actividad municipal ni de ocupación para poder admitir clientes, por lo que el uso de esa área del establecimiento colapsado era ilegal.

De esta manera, lo dio a conocer este martes el alcalde de Palma, Jaime Martínez, durante una conferencia de prensa en la que dio cuenta de diferentes informes emitidos por departamentos municipales de Obras, Actividades, Disciplina Urbanística, Protección de la Edificación y Bomberos. 

Martínez adelantó que el Ayuntamiento proporcionará los informes a la fiscalía y a la Policía Nacional. Y, que el Ayuntamiento se comparecerá en la causa si se inicia un proceso judicial contra los posibles responsables de este lamentable suceso.

Conclusión preliminar: combinación de sobrepeso y sobrecarga

A este respecto, el jefe de Bomberos de Palma, Eder García señaló como principal hipótesis del desplome la combinación del sobrepeso generado por unas obras efectuadas de forma irregular en esa área y por una sobrecarga de asistentes que se encontraban sobre esa primera planta en el momento que se hundió. 

Con respecto a esto último, García apuntó a la posibilidad de que una recolocación de las mesas para atender a un grupo de 12 comensales acabará por provocar el colapso que causó el desplome. “Presumimos que se generó un punzonamiento del forjado”, expresó el jefe de bomberos. Se estima que en la terraza en aquel momento habría un aproximado de 20 personas. 

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Ni licencia de actividad ni de ocupación

Sobre el contenido de los informes, el de la zona de Actividades establece que la planta sótano tiene una licencia de bar musical; mientras que la planta baja cuenta con una licencia de restaurante. No obstante, la terraza, como ha adelantó el alcalde, no dispone ni de licencia de actividad ni de ocupación. 

Por otro lado, el informe de Obras confirma que no existía ninguna solicitud de licencia de obras y el de Disciplina Urbanística señala que se abrieron expedientes en 2013, aunque ninguno concerniente al área del desplome. Ese mismo año se reformó de manera ilegal el establecimiento, pero no se remodeló la terraza. Lo único que se hizo fue aplicar sobre la misma una “capa de mortero de nivelación” de unos 5 centímetros, lo que causó el sobrepeso al que se refirió el García. García también reiteró que “arriba (en la terraza) no debió haber habido ninguna actividad”.

Asimismo, en 2023 el local obtuvo una Inspección Técnica de Edificios (ITE) desfavorable, pero no se constató si el inmueble había realizado las acciones encaminadas a rectificar los desperfectos. 

Se ejecutarán inspecciones específicas en establecimientos de ocio

Debido a estos sucesos, el alcalde de Palma apeló a la responsabilidad de los dueños. “No podemos colocar un funcionario en cada uno de los 5 mil establecimientos que existen en Palma. Parece una obviedad, pero no se pueden efectuar obras ilegales ni se pueden realizar actividades ilícitas en establecimientos de pública afluencia que no dispongan de licencia de actividad”, recalcó.

Además, el alcalde quiso dejar claro que el Ayuntamiento y sus empleados cumplen con sus “obligaciones” y ha subrayó que las “leyes se hicieron para cumplirse”. Debido a este hecho, Martínez anunció que esta temporada, en conjunto con otras administraciones, se realizarán inspecciones determinadas en áreas turísticas maduras como la Playa de Palma, Cala Major o Can Pastilla.