Este observatorio, que hoy en día es considerado como uno de los más importantes a nivel mundial, está ubicado sobre la Caldera de Taburiente, desde su atalaya a casi 2.500 metros de altitud.
Provee de una gran cantidad de importantes datos científicos a muchos investigadores alrededor del planeta. Ahora resulta que, la erupción de Cumbre Vieja, ha intervenido en sus funciones, pues, los 17 telescopios que integran el complejo se han visto en la obligación de detener sus operaciones, como parte de una medida preventiva, por el gran incremento de las cenizas volcánicas de las últimas horas.
El administrador del Observatorio del Roque de los Muchachos, Juan Carlos Pérez, explicó lo siguiente a la prensa: “Todavía se están tomando las decisiones, pero la gran mayoría han dejado de observar. Aunque no estamos cerca de la nube principal del volcán, desde la última noche se ha notado una subida de la concentración de partículas, que ha provocado pequeñas deposiciones de cenizas, y eso ha bastado para al menos parar los telescopios de manera preventiva y por los momentos».
Había situación de relativa normalidad
Hasta donde se conoce, este complejo científico, había tratado de mantener una situación de relativa normalidad, sin embargo, se vio alterada por una cantidad considerable de entrada de polvo y ceniza que son procedentes del volcán.
Fue gracias a los vientos alisios de la isla Canarias, los aerosoles se habían mantenido lo suficientemente lejos de la batería de los telescopios, pues, se encontraban soplando en dirección noreste-suroeste, y al estar ubicado el observatorio al norte del volcán, hasta ahora no lo había afectado negativamente.
Por su parte, el astrónomo del Instituto Astrofísico de Canarias, Miquel Serra-Ricart, segura que «La posibilidad de que la erupción interfiera en las observaciones siempre estará, si el viento gira y acerca los aerosoles al Roque de los Muchachos».
Igualmente explica que, hay tres límites para mantener operativos los telescopios, los cuales son: el viento, la humedad y los aerosoles. Pero, es justamente los aerosoles, los que ahora mismo están generando muchos problemas, pues, explica que, «si el número de partículas de aerosoles por metro cúbico en la atmósfera sube por encima de una determinada densidad, hay que cerrar».
Pérez señaló también que, de permanecer abiertos los telescopios, la ceniza volcánica se podría depositar en los espejos y, por ende, produciría serios daños a los mismos.